viernes, 22 de febrero de 2008

Motos y Motarras

Yo me desplazo en moto , la uso desde los 18 años, que tuve la primera, una de esas de meter ruido y destrozar el monte. Deberían prohibir a los hombres de 18 años , tener esas ideas de Bombero.
He tenido un total de 12 motos de todo tipo y estilo, y un lapsus sin moto de casi 10 años , la primera ,¡como no! de segunda mano, como mi primer coche, un Seat 600 , era del abuelo de un socio de Canabal, que seguro que no sabe , que trasferimos dicho coche con el abuelo ya fallecido, un hermano suyo y un servidor .
Entonces se podían hacer esas cosas, los ordenadores solo eran aquellos inmensos artilugios como, el de 2001 una Odisea del Espacio, y solo los tenia la temible Hacienda Pública , algunos Bancos y grandes Multinacionales.
El caso es que convertí aquel insigne vehículo en el salón de mi casa, bebíamos, fumábamos, escuchábamos música , e incluso hacíamos el amor en el. Uno no sabe lo que un cuerpo puede dar de si hasta que hace el amor en un coche, sobre todo de esas dimensiones.
Pido disculpas, no quiero convertir este texto en la carta de un abuelete nostálgico o algo así, uno va mayor pero no tanto.
Con las motos a vueltas andaba antes del sexo en un utilitario, bien ... nunca he querido ir a una concentración de motos, motarras, o como se les llame, Pingüinos , Jerez etc, siempre he visto eso como una panda de domingueros de las motos, que hacen la mayoría 5.000 km al año, y se creen los ángeles del infierno.
Como no veo, la modernidad en ponerse un pendiente, o dejase el pelo largo, creo que los cambios verdaderos se dan en el interior , rara vez se cambia desde la fachada, la corteza es solo eso , corteza. Pero, si es verdad, que todos hemos tenido momentos en la vida en los que necesitábamos comprar aquella chupa atrevida de cuadros verdes , ese bolso grandes y de colores llamativos.
Prenda , complemento, que siempre quedaba arrinconado en cualquier cajón o armario, la mayoría de las veces era una compra fallida, inútil del todo, te arrepentías nada más salir de Pascual , Barros , o Dimazoy.
Recuerdo, como , cuando y donde , parte física y lugar geográfico, me hice mi tatuaje .
Como carecía de valor suficiente para hacerlo por mi mismo, pensando en la posibilidad remota de un arrepentimiento a última hora, o un trabajo pésimo del tatuador, etc .
Lo mejor en estos casos es tener la escusa a mano , fue una puesta con mi sobrino, una noche de borrachera, un pedo que te cagas ,etc.
A mí , desde luego , el valor , sí , se me supone, como consta en mi cartilla militar.

Mi moto me da mi libertad , pero solo en cuanto a desplazamientos. Por desgracia para mi, sigo siendo igual de gilipollas, lleno de prejuicios y sigo viviendo mi vida, un poco como todos, para los demás en lugar de para nosotros mismos.

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