viernes, 11 de abril de 2008

A Garota de Mera

Uno piensa, en esa preciosa, bossanova y se imagina, a una bella morena, mulata, de amplia cadera y culo generoso.
Cuando Envida Meneses Paes Pinto, bajaba todos los días a la playa desde su casa, y pasaba por delante del café Veloso, donde asombraba a los contertulios entre los que se encontraba nada mas y nada menos que Vinicius de Moraes y Tom Jobim, autores de la famosa canción.
Ella existía, ella existe, no es un sueño, no es una alucinación, de un músico Brasileño ebrio de caipirinha.
Al otro lado del charco, a orillas del Atlántico, llegando el verano, arribando las caderas, los pareos, y el defecto de tela , como cada año.
Una marea de garotas asolan, mis ojos, como plagas de cigarras en las cosechas, inquietando albañiles, desolando conciencias, tambaleando relaciones.
Si, amigos.
Si hay una estación peligrosa, lasciva, esa es el verano, siempre es el verano, no se si es el calor, la humedad, las vacaciones, pero... lo que un verano no levanta, no habrá invierno que pueda arreglarlo.
Hablando de ánimo, claro está...
La primavera , conmueve, enerva, enamora, pero es el verano , quien excita, provoca, derrite, y termina por desarmarte.
Mera tienes sus Garotas, como Ipanema la suyas, no hay que ser un vigilante de la playa veinteañero para darse cuenta de eso, como dice siempre mi padre, un maravilloso octogenario. La vista siempre es joven... claro que, esos bellos ojos grises de mi padre, ya no brillan con aquella intensidad, eso si, chiporrotean como siempre, cada vez que dice esa frase, seguida de un pase de modelos playero, en plena bajada a espiñeiro, en una pasarela improvisada de verano, con una Giselle Bundchen anónima cualquiera.

Los ojos , no solo jamás envejecen, sino que nunca pierden el buen gusto.

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