lunes, 24 de mayo de 2010

Un torbellinos de sensaciones
invaden mi vida desde un incipiente
año 2009.
Naciendo el año, un embrión de
felicidad, convulsión, pasión, y
ganas de vivir , arribaba con fuerza
al pantalán solitario, donde fondea.
El casco viejo de un galeón, solitario,
curtido en mil batallas, de robustos,
mástiles, grandioso velamen. Gastado
de travesías inconclusas, yermas.
Coronando la mayor, un trapo pirata,
de un corsario noble, valiente, ávido de corazones,
en otros tiempos, enfrascado.
De paños rotos en tempestades, de zurcido,
Corazón.
Un almirante del amor, un capitán de la honestidad,
un guerrero del sentimiento. También un marino
de dique seco.
Una pata de palo, un parche emocional en el ojo,
grandes decepciones, viajes inacabados, cartas de
navegación erróneas, una caduca brújula que ya
no señala el norte magnético.
Algunos tesoros encontrados, malgastados
a veces desaprovechados, siempre recordados.
Narrados en alcobas de las Galápagos, isla
Margarita o las Caimán.
Un nuevo tiempo, un viejo navío, una hermosa
tierra por descubrir, grandes horizontes, buenos
vientos, mar en calma, toda la mar serena, salada,
Inmensa.
Presto el viaje.
Algo menos de un mes en astilleros,
una mano de pintura, un par de tablas por reponer.
Y todos los océanos del mundo se quedarán pequeños,
apenas charcos, pozas, embalses.
Con tan buena compañía, fiel, noble timonel.
Un nuevo tiempo, un viejo navío, una hermosa
tierra por descubrir, grandes horizontes, buenos
vientos, mar en calma, toda la mar serena, salada,
Inmensa.
Presto el viaje.
Algo menos de un mes en astilleros,
una mano de pintura, un par de tablas por reponer.
Y todos los océanos del mundo se quedarán pequeños,
apenas charcos, pozas, embalses.
Con tan buena compañía, fiel, noble timonel.
Y un corazón por bandera, en un barco ya sin lastre,
Marinero… Muy, muy marinero.

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