En 1984 Milan Kundera publica la novela," La insoportable levedad del Ser", tres años después el director de cine Philip Kaufman , lleva la obra al cine. Su protagonista Mario un Neurocirujano de éxito.
Entre otras curiosidades, además de su afición a las mujeres, y su promiscuidad, y en clara alusión a ambas, afirma: Nunca me acuesto con la misma mujer mas de tres veces, y jamás llevo a dicha mujer a mi casa.
Esto es solo una escusa para arrancar. Si uno a leído la novela, recuerda con cierta angustia, aquellas sesiones soporíferas de hospital, entre ingentes enfermos mentales, trepanaciones y demás artes neuroquirúrgicas y la manera como Mario escapa a todo eso , saltando de cama en cama y de afecto en afecto.
Supongo que la entrega a la pasión desmedida, y el sexo, evade a Mario de la presión y contacto continuo con la muerte en su trabajo.
Estoy un poco susceptible estos días a todo esto, ya que tengo a mi padre ingresado, y como muchos de los personajes de Kundera, me paso algunas horas al día , paseando por las enormes salas de dolor y sufrimiento que son los hospitales. A mayor centro médico, mayor angustia , soledad y sensación de impotencia ante tal maquinaria inhumana de sanación que hemos creado.
Si nos paramos a pensar... solamente, en esos pequeños momentos de visita a un pariente , amigo , nos damos cuenta de lo frágiles que somos y la levedad de nuestro ser.
También percibimos o mejor dicho nos aproximamos a la muerte, tema no se porque, tan tabú en nuestra sociedad. Morirse es simplemente una consecuencia mas de la vida, el resultado final e inevitable, de nuestra existencia.
Empezamos a morir el mismo día que nacemos, pero nos nos damos cuenta, de eso hasta bien entrados los 40 años , algunas páginas de sucesos y muchas esquelas y entierros soportados.
No quiero convertir este texto en una alegato a la eutanasia, o un canto a la depresión, todo lo contrario, el ser humano, mejor dicho todo ser vivo, se agarra a la vida , mucho mas de lo que imaginamos desde la juventud, alegría y bienestar emocional y físico, hasta el final de sus días en este mundo.
Dice Juanes el cantante Colombiano, de boca de su abuela que la vida es un ratico, y mi padre añade siempre: Que es un ratico mas chico, después de los 45 años. Ahora con la perspectiva y sabiduría de los 85 años, he de creerle.
Vivimos para mañana , recordando el ayer, y casi, casi siempre, obviamos el día a día , que sin duda es la verdadera sustancia de nuestro paso de prestado por este lugar, este cuerpo y como decía Ortega , nuestras circunstancias.
Hoy es posible que le den el alta a mi padre, me alegro un montón, y tristemente pienso, en todo lo que uno no le ha dicho a su padre , mientras ha podido. Espero ya que tengo la oportunidad remediar todo eso y además os lo recomiendo, no sabes la tranquilidad que da , saberse querido y además que te lo digan.
Suponer, solo se supone el valor en el servicio militar. Todo lo demás hay que expresarlo, bien claro, alto e infinitas veces.
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2 comentarios:
Epi,
Me alegro de la recuperación de tu padre. Padres sólo hay uno, cuídalo.
Un abrazo
Hola Choupas. Te leo desde que descubrí en Padelcoruña una referencia a tu página, y desde entonces de vez en cuando entro a ver si has escrito algo nuevo. Hoy me he suscrito para que me envien ua notificación cada vez que lo hagas, me gusta lo que escribes y cómo lo haces. Hoy me he sentido muy impresionada por tus palabras y por eso me animo a decirte que por favor, sigas haciéndolo. No sé quién eres, ni cómo juegas al pádel, pero, con las palabras, sabes llegar a la gente. Seguiré leyéndote.
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